viernes, 31 de mayo de 2013

“El Rompecabezas”

¡Buenos Días!
El Cafecito de Hoy.

Una vez tuve un enorme rompecabezas, el cual lo armaba de vez en cuando, luego lo desarmaba y lo guardaba. Para mi ninguna pieza del rompecabezas era más importante que la otra, hasta un día. 

Me puse a armarlo y de repente vi que me hacía falta una pequeña pieza. Desde entonces esa era la pieza más importante para mí. Nunca encontré una pieza de otro rompecabezas que la sustituyera ni que encajara. 

Desde entonces esa era la pieza más importante, pero jamás la encontré. ¿Porque a nosotros nos encanta valorar las cosas cuando ya no la tenemos? 

La única vez que me he puesto a pensar en lo valioso de respirar por mi nariz, fue una vez que jugando futbol tuve un accidente y dure una semana con un yeso en ella y respirando por la boca. Nunca aprecié más respirar normalmente hasta ese momento. 

Nos encanta darle valor a las cosas cuando ya no la tenemos. ¿Vas a esperar que mueran tus padres para que les digas lo importante que son para ti? ¿Vas a esperar que tu pareja ya no esté para dedicarle tu amor incondicional? ¿Vas a esperar que esa persona tan importante para ti ya no esté para hacerle saber que es una pieza clave de tu rompecabezas? 

¿Cuanto crees que querría pagar un ciego por ver como tú lo haces?  ¿O un mudo por hablar como tú, o un invalido por caminar como lo haces?  Valora lo que tienes, y a las personas que están contigo antes de que ya no estén. Ya en ese momento no tendrá sentido darle ningún tipo de valor.

¡Que tengas un día Bendecido!
Nestor Ortega

miércoles, 29 de mayo de 2013

“Corre Glenn Corre”


¡Buenos días!
El Cafecito de hoy.

En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas. Había sobrevivido a un incendio en su escuela y sus extremidades se habían quemado demasiado.

Desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida. Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación de vida.

Un día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla de ruedas. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas. Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.

Empezó a hacer lo mismo todos los días y gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad,

Primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr. Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.

Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!

Nada es imposible a aquel que cree y lucha por lograr lo que se ha propuesto. Hoy no es tiempo de rendirse, es el tiempo de respirar, tomar impulso y volver a empezar.

¡Que tengas un día bendecido!
Nestor Ortega
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martes, 28 de mayo de 2013

“La Gran Multitud”


¡Buenos Días!
El Cafecito de Hoy.

Jesús se encontraba a la orilla de la playa predicando y una gran multitud lo seguía.

Había tanta gente que tuvo que subir a un bote para terminar su mensaje desde ahí, porque casi lo empujan al agua de tanto tumulto. Al terminar dice “Pasemos al otro lado”. De toda esa gran multitud de gente, solo doce pudieron subir a la barca para irse con El.

Solo doce, los que le conocían personalmente, los que pasaban tiempo con El, los que tenían intimidad con El. Hoy en día hay una “Gran Multitud” que dice amar a Dios, pero no le siguen. Hoy todo el mundo cree en Dios, pero pocos le conocen realmente.

Hay quienes solo forman parte de la gran multitud y otros pocos que tienen intimidad con El, los que realmente le conocen. ¿Donde estas tu? ¿Entre la gran multitud, haciendo lo que todos hacen, pensando como todos piensan, viviendo como todos viven o eres de los pocos, los locos que dicen conocer a Dios realmente?

Todo el mundo conoce de Dios, pero pocos conocen a Dios. Muchos sirven a Dios, pero pocos siguen a Dios. El hecho no es saber que Dios existe y creer en El, es ser parte de aquellos pocos que se atreven a creer en El, Amarlo, Confiar en El y Seguirlo con todo el corazón, con toda su mente y con todas tus fuerzas.

Si aun eres parte de la gran multitud, hoy es el día de salir y subirte a la barca con Jesús.
Hay que pasar al otro lado, ¿Vienes?

Que tengas un día Bendecido.
Nestor Ortega
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