martes, 18 de julio de 2017

“El niño y la piscina”

El cafecito de hoy
El niño y la piscina

Hace unas semanas Facebook vi un escalofriante video de un niño, que por un buen rato, se estuvo ahogando en una piscina. Lo desconcertante es que la piscina estaba llena de personas. Las cuales una y otra vez pasaban a su lado y ni siquiera se daban cuenta del esfuerzo titánico de aquel niño por no hundirse.

El niño paso casi cinco minutos de un lado a otro de la piscina tratando de mantenerse a flote e incluso chocando con algunas personas, las cuales no se percataron de que el pequeño de cuatro años se encontraba luchando por su vida. Me llene de horror al ver estas imágenes, primero porque el niño casi pierda la vida y segundo por ver la frialdad de nuestra generación.

Estamos tan ocupados y enfocados en lo nuestro que no invertimos ni un segundo en fijarnos si nuestro prójimo nos necesita. Seguimos las corrientes actuales, esas que te dicen: Los campeones solo se juntan con campeones, únete solo con gente con tu misma visión, rodéate solo de personas que te eleven mas alto.

Para mi este tipo de pensamiento es un acto egoísta. Porque me lleva a acercarme a personas que están por encima de mi solo con el interés de que me sumen. Pero si ellos aplican este concepto conmigo no me dejarían acercarme, porque también querrían unirse a personas mas altas que ellos que también le sumen.

Necesitamos el balance de izquierda a derecha. A la derecha tengo a personas que me inspiran, personas de las que aprendo, personas que me ayudaran a subir mas alto, personas de las cuales me alimento. Pero a mi izquierda debo tener personas a las cuales inspiro, personas que aprende de mi, gente a las cuales ayudo a subir mas alto, personas que se alimenten de lo que he aprendido.

En este mundo el egoísmo y la maldad, sumado a la rapidez del día a día nos llevan a solo enfocarnos en nosotros mismos. Pasando cerca de niños a punto de ahogarse y ni siquiera nos damos cuenta.

¡Aprendan a hacer el bien,  esfuércense en hacer lo que es justo, ayuden al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan los derechos de la viuda!” (Isaías 1:17)

De que me vale llegar a la cima si no puedo llevar a alguien conmigo. Si no puedo inspirar, si no puedo suplir necesidades, si no puedo dar de lo que he recibido. No hay nada mas deprimente que un hombre de éxito que haya perdido su familia y sus amistades en el camino.

No dejes que tus ojos y tu corazón pierdan la sensibilidad, aprende a ver la necesidad de los demás, recuerda que es mejor dar que recibir. Habrá mas personas ahogándose en la necesidad a tu alrededor y necesitan que les extiendas una mano.

¡Que tengas un día bendecido!
Nestor Ortega
http://bit.ly/2vcOAxP