El cafecito de hoy
“El niño y la piscina”
Hace unas semanas Facebook vi un
escalofriante video de un niño, que por un buen rato, se estuvo ahogando en una
piscina. Lo desconcertante es que la piscina estaba llena de personas. Las
cuales una y otra vez pasaban a su lado y ni siquiera se daban cuenta del
esfuerzo titánico de aquel niño por no hundirse.
El niño paso casi cinco minutos de un
lado a otro de la piscina tratando de mantenerse a flote e incluso chocando con
algunas personas, las cuales no se percataron de que el pequeño de cuatro años
se encontraba luchando por su vida. Me llene de horror al ver estas imágenes,
primero porque el niño casi pierda la vida y segundo por ver la frialdad de
nuestra generación.
Estamos tan ocupados y enfocados en lo
nuestro que no invertimos ni un segundo en fijarnos si nuestro prójimo nos
necesita. Seguimos las corrientes actuales, esas que te dicen: “Los campeones solo se juntan con campeones”, “únete solo con gente con tu misma
visión”, “rodéate
solo de personas que te eleven mas alto”.
Para mi este tipo de pensamiento es un
acto egoísta. Porque me lleva a acercarme a personas que están por encima de mi
solo con el interés de que me sumen. Pero si ellos aplican este concepto
conmigo no me dejarían acercarme, porque también querrían unirse a personas mas
altas que ellos que también le sumen.
Necesitamos el balance de izquierda a
derecha. A la derecha tengo a personas que me inspiran, personas de las que
aprendo, personas que me ayudaran a subir mas alto, personas de las cuales me
alimento. Pero a mi izquierda debo tener personas a las cuales inspiro,
personas que aprende de mi, gente a las cuales ayudo a subir mas alto, personas
que se alimenten de lo que he aprendido.
En este mundo el egoísmo y la maldad,
sumado a la rapidez del día a día nos llevan a solo enfocarnos en nosotros
mismos. Pasando cerca de niños a punto de ahogarse y ni siquiera nos damos
cuenta.
¡Aprendan a hacer el
bien, esfuércense en hacer lo que es justo, ayuden al oprimido, hagan
justicia al huérfano, defiendan los derechos de la viuda!” (Isaías 1:17)
De que me
vale llegar a la cima si no puedo llevar a alguien conmigo. Si no puedo
inspirar, si no puedo suplir necesidades, si no puedo dar de lo que he
recibido. No hay nada mas deprimente que un hombre de éxito que haya perdido su
familia y sus amistades en el camino.
No dejes que
tus ojos y tu corazón pierdan la sensibilidad, aprende a ver la necesidad de
los demás, recuerda que es mejor dar que recibir. Habrá mas personas ahogándose
en la necesidad a tu alrededor y necesitan que les extiendas una mano.
¡Que tengas
un día bendecido!
Nestor Ortega
http://bit.ly/2vcOAxP