El Cafecito de Hoy.
"La Inundación"
Hace tres años estuve participando en un evento en las terrenas, samana, República Dominicana. Las dos noches de concierto estuvieron impresionantes, con alrededor de 2000 personas por noche. Además de volver a ver a mi viejo amigo el Pastor Néstor Gómez que nos visitaba desde New York, conocí a los amigos de Sembradores del Reino, quienes están haciendo un trabajo comunitario increíble en varios pueblos de samana.
Teníamos planes de regresarnos a santo domingo el sábado en la tarde, pero ese día amaneció lloviendo bastante. Fue tan grande la lluvia, que el rio se desbordo y cientos de personas perdieron sus pertenencias al entrar el agua y el lodo a sus casas.
Así que suspendimos nuestro regreso y nos quedamos para salir por el pueblo y ver en que podíamos ayudar, así lo hicimos y ayudamos a algunas familias a sacar agua y lodo de sus casas.
Te cuento esta pequeña historia, no para que sepas lo que hicimos, sino por que lo hicimos. El servir a los más necesitados, más que un deseo es una obligación, más aun para los que profesamos ser cristianos. No basta solo con un “Cristo te Ama” o un "Dios te Bendiga" si este no va acompañado con el amor que nosotros sentimos por las personas.
El cielo no se gana por buenas obras, de eso estamos claro, pero Santiago 2: 14-17 dice:
"Hermanos míos, ¿De qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que una persona no tiene con qué vestirse y carece del alimento diario, y uno de ustedes le dice: «Que le vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para hacerlo. ¿De qué servirá eso? Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta."
Es tiempo de no solo pensar en nosotros y en nuestra comodidad. Es tiempo de sentir la necesidad de aquellos que están en necesidad. Recuerda “No eres lo que tienes, sino lo que haces con lo que tienes” Usa la creatividad, hay más de mil maneras de ayudar sin tener que dar dinero en la calle a los que te piden.
¡Que tengas un día Bendecido!
Néstor Ortega