El Cafecito de hoy
“Las Elecciones”
En una ocasión coincidieron uno de
los empresarios más importantes de nuestro país y el presidente de la República de aquellos tiempos. Mientras le
mostraba las instalaciones de su gran empresa, el político tuvo la ocurrencia
de presumir de los miembros de su gabinete. Luego le hizo una pregunta un tanto
comprometida e indiscreta: "¿Qué te parecen?". El anfitrión calló la
primera vez, calló la segunda y, ante la insistencia, en medio de su silencio,
cada vez más espeso, contestó: "Yo no los contrataría".
El arte de callar no le correspondía
al industrial, sino al político. ¿Es acaso más difícil crear de la nada una
empresa multinacional y conducirla exitosamente durante décadas que dirigir el
gobierno de una nación secular, repleta de funcionarios? Me hubiera gustado que
los protagonistas de mi anécdota me lo contestaran.
Gandhi decía que los partidos estaban
para que las personas no tuvieran ideas propias. El partido le dice al líder
qué línea debe seguir. El partido intenta decirle al votante a qué político
debe votar y se interpone entre el pueblo y sus representantes.
Hoy solo existen bandos enfrentados.
Ian Kershaw, en su monumental historia de la Europa del siglo XX, destacaba la
importancia que tuvieron los políticos en la posguerra. Líderes que, en medio
de la ruina, le devolvieron el carisma y la credibilidad a la política.
Hoy todo brilla por su ausencia. Los
políticos actuales solo quieren asegurar su futuro y el de los suyos, sin tener
la mínima preocupación de servir y mejorar nuestra patria.
Mi tierra, Republica Dominicana, es
un paraíso que ha sido mal administrado durante años. Con tantas riquezas que
poseemos y solo unos cuantos han podido beneficiarse de ellas. El día que se
levante un gobierno con amor por nuestra patria, veremos el potencial que
tenemos como país.
Mientras tanto nos toca a nosotros,
como pueblo, hacer crecer la educación en nuestros hijos. De ellos será la
responsabilidad de cambiar nuestra nación. Hoy la política es solo un juego, un
negocio y nosotros somos sus clientes.
La falta de educación no nos permite
ver mas allá de nuestros problemas, los cuales intentamos olvidar con música y
cerveza. Pero luego del vacilón, nuestros problemas siguen ahí, esperando por
nosotros.
No esperemos que los políticos
resuelvan nuestros problemas. Levantémonos como pueblo, como la mayoría, a
exigir que cumplan sus promesas de campaña. Y de no ser así, que nuestra
memoria no nos traicione para futuras elecciones.
¡Que tengas un día bendecido!
Néstor Ortega
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