Buenos Días!
El Cafecito de Hoy.
Hace
días fui a visitar a un amigo y noté
que en su patio tenía una enramada de chinola. Hacía mucho tiempo que no veía una.
¿Has visto una enramada de chinola? Sus ramas se riegan y se entrelazan por todos lados hasta cubrir todo el techo. Si alguien se propusiera desenredarla, simplemente sería imposible. La única manera seria cortándola.
¿Has visto una enramada de chinola? Sus ramas se riegan y se entrelazan por todos lados hasta cubrir todo el techo. Si alguien se propusiera desenredarla, simplemente sería imposible. La única manera seria cortándola.
Así es el rencor, como una enramada de
chinola. Va enredando nuestro corazón, envolviendo nuestros sentimientos,
haciendo nudos en nuestra alma, hasta que es imposible perdonar.
El rencor es un cáncer, un cáncer que nos
mata lentamente. Es tan sutil que creemos no sentir rencor por una
persona. Comienza con un sentimiento pequeño, que va creciendo y enredándose en
nuestro corazón, hasta que sin darnos cuenta creemos que tenemos una enramada
imposible desenredar.
El perdón es un ungüento que nos limpia y
remueve cualquier raíz de amargura. El perdón es el machete que sirve para
cortar de raíz la enramada del rencor, el odio, el resentimiento y la culpa.
Cuando perdonas o eres perdonado, es como si
estuvieras muchos años corriendo con una mochila de piedras y por fin te la
quitas.
El día de hoy está perfecto para perdonar a alguien o para pedir perdón. ¡Hazlo! Solo te tomara 5
minutos pero limpiará tu corazón para toda la vida.
¡Que tengas un día Bendecido!
Nestor Ortega
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