El Cafecito de Hoy.
"La Lluvia"
Desde hace unos días había escuchado que por el caribe pasaría una tormenta, la cual traería intensas lluvias a su paso. Sinceramente este pasado fin de semana estuve totalmente desconectado de las redes por el nacimiento de mi pequeña bebe Camila. Pero el día de hoy al revisar mis redes, me di cuenta de que la tormenta había inundado gran parte de los países por donde ha pasado. Incluyendo a mi amada tierra República Dominicana. De la cual recibí un sinnúmero de fotos de las inundaciones.
Un poco de lluvia en la mañana es agradable, más aun cuando es fin de semana y no tienes que ir a trabajar. Pero que difícil se tornan los días de mucha lluvia, sobre todo cuando hay que hacer malabares para llegar a tu destino. Estas en un lugar pero deseando estar en otro. Días así la cama te llama más que nunca. Pero hay que salir… Y en la vida también hay que salir.
A pesar de las lluvias, de los problemas que se presentan en nuestras vidas, a pesar de los charcos de la angustia que no quieren que avancemos, a pesar de la cama de la resignación que nos dice: ¡Quédate aquí, no vale la pena que sigas intentando!
A veces estamos tan angustiados que no podemos pensar, no podemos fluir y nos sentimos abrumados. Déjame compartir contigo este paraguas que sé que te ayudara en tus días de lluvia y angustia. «Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto.» (Jeremías 17: 7-8)
Si vez que la lluvia es mucha, sal con un paraguas. Si sientes que aun así te mojas, suéltala, baila, canta y sonríe bajo la lluvia, así recordaras tu niñez. Y a un niño no hay nada que lo detenga.
Hoy contra todo pronóstico y contra toda inundación que quiera frenarte, levanta tus sueños. Ninguna lluvia, tormenta o huracán que traiga la vida podrá detener que logres tus metas y cumplas tu propósito. Siempre y cuando Dios sea el capitán de tu barco, este nunca zozobrara.
Levántate y lucha por tu felicidad. Deja que Dios sane esas heridas y sonríe. Recuerda que no hay tormenta eterna y que después de cada una de ellas el sol volverá a brillar. ¡Vive cada segundo confiado! #ViveFull
¡Que tengas un día bendecido!
Nestor Ortega