En los últimos años se ha descubierto que la ingesta de algunos alimentos puede disminuir sensiblemente el riesgo de padecer cáncer de mama. Así lo afirma la doctora Astrid L. Margossian, cirujano mastólo-ga del Instituto Médico Halitus. Según explicaciones de la especialista, los tumores cancerígenos de las mamas son hormono-dependientes, es decir que para su crecimiento dependen de la cantidad y calidad de estrógenos presentes en el organismo femenino.
Por su parte, los estrógenos se clasifican en fuertes y débiles. Entre los primeros se encuentra el estradiol, estró-geno natural producido por el cuerpo humano, mientras que los débiles son los vegetales o "fitoestrógenos", que derivan de semillas de soja y de lino.
Justamente esos alimentos son recomendables para el beneficio orgánico femenino. El doctor Bob Arnot, quien estudió el tema en profundidad, resume en 12 pasos la dieta para prevenir el cáncer mamario: Ingerir alimentos a base de soja o semillas de lino: la soja ha sido probada durante miles de años en un experimento natural en las mujeres chinas, quienes tienen muy bajas tasas de cáncer de mama.
1- Cambiar el tipo de grasas: las grasas se clasifican en buenas, malas y saturadas. Las buenas son las conocidas como omega 3 y 9 (aceite de oliva, pescados, semillas de lino), las malas son las omega 6 (todos los aceites menos el de oliva, la mayonesa, la margarina, todo lo que diga "hidrogenado", papas fritas, facturas) y las saturadas son las de origen animal (leche entera, carnes, manteca, crema de leche, etc.).
2- Una alimentación equilibrada se logra incluyendo un máximo de 30 por ciento de grasas, en lo posible de tipo omega 3 y 9, con muy poco contenido de las otras (omega 6 y saturadas).
3- Comer crucíferas: brócoli, coliflor, coles, repollo, repollitos de Bruselas, rábanos. Estos alimentos contienen "índoles", sustancias que previenen el cáncer de mama, colon y otros.
4- Disminuir la insulina: ya que potencia el efecto de los estrógenos. Para lograrlo hay que evitar las grasas saturadas, disminuir la carga de glucosa y la obesidad de la parte superior del cuerpo.
5- Disminuir la carga de glucosa: azúcares y almidones (panes blancos, papas, arroces) aumentan la producción de insulina.
6- Aumentar el consumo de fibras: ya que disminuye los niveles de estrógenos.
7- Disminuir la carga oxidante: se sabe que los agentes antioxidantes son aliados contra el envejecimiento en general. Su ingesta también ayuda a prevenir el envejecimiento de la célula mamaria, evitando mutaciones en el ADN. Lo ideal es comer frutas y verduras en cantidad.
8- Evitar los estrógenos químicos: como los pesticidas, la piel del pollo y otros.
9- Disminuir la grasa corporal: especialmente la abdominal, ya que estas células grasas son una fábrica de estrógenos.
10- Limitar el alcohol: aumenta los niveles de estrógenos circulantes. El riesgo de cáncer de mama aumenta 11 por ciento por copa de vino por día. Cuatro copas al día suponen un riesgo del 44 por ciento.
11- Aumentar la ingesta de vitamina D: es un potente inhibidor del crecimiento de las células. Se puede ingerir como suplemento o exponerse al sol 15 minutos 3 veces por semana, en horarios seguros (evitar el mediodía).
12- Hacer ejercicio: disminuye la grasa corporal, reduce los niveles de insulina y aumenta los niveles de estrógenos buenos. Se recomiendan 4 horas de ejercicio semanal, de intensidad moderada.
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