El Cafecito de Hoy
“El
Niño y la Mariposa"
Un hombre encontró una
oruga envuelta en su saco de seda y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera convertida en mariposa. Un
día vio que había un pequeño orificio y que la mariposa forcejeaba duramente
para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero.
El niño, en su bondad, decidió ayudar a la
mariposa y con una pequeña tijera hizo el agujero más grande y ahí fue que por
fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía
un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El niño esperaba que en
cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para
soportar al cuerpo.
Ninguna de las dos situaciones sucedieron y
la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado
y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar. Lo que el niño en su
bondad no entendió, fue que la lucha requerida por la mariposa, para salir por
el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del
cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y
luego pudiese volar.
La libertad y el volar solamente podían
llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue
privada su salud.
Algunas veces las luchas son lo que
necesitamos en la vida. Si Dios nos permitiera progresar por nuestras vidas sin
obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes
como podríamos haberlo sido.
Cuántas veces hemos querido tomar el camino
corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo
para poder ser libres... Si estás pasando un momento de dificultad, recuerda
que este puede hacerte más fuerte. Sigue luchando y no te rindas, pronto
extenderás tus alas.
¡Que tengas un día Bendecido!
Nestor
Ortega
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