¡Buenos
días!
El
Cafecito de Hoy.
El
fin de semana pasado fue muy intenso. Estuve fuera de la ciudad desde el
viernes y regrese el domingo en la noche. Luego el lunes a las 11:00 am
tenia una cita en una oficina
gubernamental, así que por el cansancio del viaje no pude despertar
temprano.
Brinque de la cama, me bañe,
me cambie y salí disparado. Cuando iba llegando a mi destino se me acerco un
joven y me dijo: ¨Te vendo este mp3 nuevo en tres euros¨ mi respuesta
automática fue ¨No gracias¨. Esa respuesta
automática que sale cada vez que alguien se nos acerca a pedirnos algo.
Después
que iba a unos metros mire hacia atrás y me di cuenta que esta persona no era
una persona de la calle. Estaba bien vestida, y su cara no era de una persona
indigente. Me sentí mal porque tal vez los tres euros eran para desayunarse, tomar
el metro u otra necesidad, ya que España esta pasando por una crisis económica
en este momento y hay muchas personas desempleadas.
Me quería devolver pero
llevaba prisa pues estaba tarde para mi cita. Por todo el camino no se me salió
de la cabeza el joven. Siempre que alguien nos pide en la calle asumimos que es
para drogas, alcohol u otros vicios. Pero rara vez nos detenemos para ver si
realmente es una necesidad de las que le pasan a cualquiera.
Lo que no se me
salió de la cabeza mientras llegaba al lugar de mi cita era, que cada vez que
oro por los alimentos en la mesa digo: ¨Señor bendice estos alimentos y ayúdame
a bendecir a otros¨ y si no me equivoco, esta es la oración que hacemos muchos
al dar gracias por los alimentos. El problema esta en que Dios nos da esas
pequeñas oportunidades de bendecir a otros,
esa oportunidad que le pedimos, pero nosotros la dejamos pasar por alto.
No estoy diciendo que salgas y des todo lo que tienes, sino que tu corazón sea
sensible a ayudar a los que por una razón u otra están en situaciones no
favorables.
No dejes que la prisa te haga preso de su rutina. Siempre tendremos
prisa para algo, pero deja que tu corazón sea sensible a esas oportunidades que
Dios te da de dar un poco de lo que El te da diariamente.
A veces lo poco que
podemos dar es mucho para otros que lo necesitan mas que nosotros. Abre tu
corazón a bendecir a otros.
¡Que
tengas un día bendecido!
Nestor
Ortega
www.ElCafecito.org
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