Buenos días!
El Cafecito de Hoy.
Yo, Nestor Ortega, confieso tener un
problema al dormir. Y es que doy demasiadas vueltas en la cama y cambio mucho
de posición.
Hace unos días desperté a
eso de las 6 am y me di cuenta que estaba acostado sobre mi brazo derecho. Pero
algo horroroso me paso. No sentí mi brazo por un momento, trate de levantarlo y
tuve que usar mi mano izquierda para hacerlo, trate de mover los dedos y no
pude.
No se imaginan el susto que me di... Al ejercer fuerza sobre él con el cuerpo,
corte la circulación de la sangre, por lo tanto se acalambro y no pude sentirlo
durante unos pocos segundos que me parecieron minutos.
Este mismo error
cometemos a diario, tal vez no con tu brazo, pero si con tus seres queridos. A
veces ejercemos tanta presión sobre personas, que llega un momento donde no los
sentimos, porque ya se han ido. A veces presionamos demasiado a nuestros hijos,
pareja, familiares y amigos, que llega el momento donde se cansan y desean
alejarse de nosotros.
Ejercer mucha presión sobre las personas nunca será un
ejercicio saludable. El amor no se exige, se entrega, el respeto no se impone,
se gana. Ten paciencia y permite que las demás personas se desarrollen,
teniendo en cuentan que cometerán errores para ir perfeccionándose.
Está bien
que esperemos mucho de los demás, pero en vez de ejercer presión, es mejor
animarlos y darle la mano en el momento en que estén decaídos.
Recuerda,
ejercer demasiada presión sobre alguien hará que se corte la circulación de la comunicación
y ya no lo sientas, porque se ha marchado.
Que tengas un día Bendecido.
Nestor Ortega
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